Anpan あんパン

Receta ↓ Ángela Solar

Aprende a hacer Anpan, un pan dulce japonés relleno de pasta de judías rojas. Esta receta te guiará  paso a paso para preparar la masa, cocinar la pasta de judías dulce, rellenar y hornear los panes. ¡No te lo puedes perder!

Te presento el Anpan (あんパン), un pan dulce japonés que cautivará a tus sentidos. Imagina morder el esponjoso y sutilmente dulce bollito, cuyo interior esconde una exquisita pasta de judías rojas (anko) que se deshace en tu boca, llenando tu paladar de una deliciosa y reconfortante sensación.

Prepara este delicioso (y fácil) anpan casero, perfecto para acompañar un buen café o té. Sigue unos sencillos pasos y en poco tiempo podrás disfrutar del aroma recién horneado de este manjar, que te transportará a una auténtica panadería japonesa.

Qué es Anpan

Se trata de un pan dulce japonés relleno de pasta de judías rojas dulce, conocida como "anko".

Quizás te recuerde al popular mochi, y no vas nada desencaminado, pues su creador, un samurai convertido en panadero que fundó la panadería Kimuraya, creó el anpan como un pan más adecuado para el gusto japonés que se estaba volviendo más occidentalizado.

El anpan reemplazó al mochi tradicional japonés con pan occidental y se convirtió en un éxito instantáneo. Desde entonces, se ha convertido en un alimento básico en la cultura culinaria japonesa y se puede encontrar en panaderías y supermercados en todo Japón.

Ingredientes imprescindibles para el anpan

Esto es lo que tienes que comprar:

• Harina de fuerza - La base que dará estructura y cuerpo a nuestros bollitos. Elige una harina de calidad y tu masa quedará perfecta.  Yo suelo mezclarla con un poco de harina de repostería para conseguir una textura más liviana y suave.
• Azúcar - Es el secreto para lograr ese toque dulce y tentador que nos hace suspirar con solo verlos. 
• Sal - Un pequeño pellizco será suficiente para realzar todos los sabores y equilibrar la dulzura.
• Levadura seca de panadería - La pequeña y poderosa aliada que hará que nuestros panecillos crezcan esponjosos y ligeros.
• Agua - El elemento que unirá todos los ingredientes en una masa suave y manejable.
• Huevo - Añadirá una textura irresistible y una consistencia sedosa a la masa.
• Leche - Recomiendo utilizar leche entera, la receta lo merece. 
• Mantequilla - Una pizca de este oro amarillo aportará riqueza y un sabor tentador a cada bocado.
• Anko (pasta de judías rojas dulce) - ¡El relleno estrella! Su exquisita dulzura y cremosidad harán de cada anpan una delicia.

Preparación de la masa

Llega el momento de crear la base esponjosa y sedosa de estos panecillos. Empezaremos mezclando cuidadosamente los ingredientes secos: harina de trigo, azúcar, sal y levadura seca. Asegúrate de que queden bien integrados.

A continuación, incorpora el agua y el huevo. Amasa enérgicamente durante 10 minutos, hasta obtener una masa suave, elástica y ligeramente pegajosa. Cúbrela con un paño húmedo y deja reposar durante 1 hora, o hasta que doble su volumen. Esta espera es crucial para que la levadura haga su magia y la mezcla adquiera la irresistible textura que buscamos.

Una vez lista, la masa estará preparada para ser moldeada y rellena con la exquisita pasta de frijol rojo. ¡Prepárate para el siguiente paso de esta delicia!

Formado y relleno

Llega el momento de dar forma a estos irresistibles anpan. Dividiremos la masa en porciones iguales, del tamaño de una pelota de golf, y con un toque de harina en las manos, les conferiremos una forma redondeada y suave. Es crucial conseguir una superficie lisa y uniforme, pues esto nos ayudará a contener el exquisito relleno sin que se escape durante la cocción.

Y ahora, el momento más esperado: la adición de la fragante y cremosa anko, o pasta de frijoles rojos dulce. Tomaremos una cucharada generosa de esta delicia y la colocaremos en el centro de cada bola de masa, teniendo cuidado de no excedernos para evitar derrames. Con un hábil pellizco, sellaremos los anpan alrededor del relleno, dándoles una forma redondeada y simétrica que nos recuerda a las primorosas creaciones de una pastelería japonesa.

Una vez nuestros panecillos estén listos para el horno, les daremos ese brillo y dorado tan apetitoso. Los barnizaremos con un batido de huevo, cubriendo toda la superficie. Así, cuando se horneen, obtendremos esa corteza crujiente y brillante que tanto ansiamos, y que hará que cada bocado sea una auténtica delicia.

Barnizado y horneado

Llegamos a la etapa final de la preparación: dar a estos deliciosos panecillos ese acabado dorado y brillante que los hará irresistibles. Para ello, comenzaremos barnizándolos con un batido de huevo, cubriendo por completo la superficie de cada uno. De este modo, cuando los introduzcamos en el horno, obtendremos esa corteza crujiente y apetitosa que tanto deseamos.

A continuación, colocaremos los bocaditos en un horno precalentado a 200°C. Los dejaremos hornear durante aproximadamente 15-20 minutos, vigilando atentamente hasta que adquieran ese tono dorado tan característico. Es importante evitar abrir el horno con frecuencia, ya que esto podría provocar que nuestras creaciones se desinflen.

Una vez que estén listos, con el exterior crujiente y el interior esponjoso y dulce, será el momento de sacarlos del horno. Antes de servir, conviene dejarlos reposar unos minutos para que se enfríen ligeramente. ¡Ahora solo queda disfrutar de esta delicia recién horneada, que llenará tu cocina de un aroma irresistible!

Presentación y servicio

Llegamos a la etapa final de nuestra deliciosa aventura culinaria: la presentación y el servicio de estos irresistibles panecillos. Imagina sacar del horno esos anpan recién horneados, con su dorada y brillante corteza envolviéndolos y el esponjoso interior relleno de la exquisita pasta de judías rojas. ¡Un verdadero manjar para la vista y el paladar!

Para acompañar esta delicia, nada mejor que una taza de té verde. Su sutil sabor y aroma serán el perfecto complemento para realzar los dulces matices de nuestras creaciones. O, si lo prefieres, puedes espolvorearlos con un poco de azúcar glass, que les otorgará un toque aún más elegante y sofisticado.

Aunque son una auténtica tentación para disfrutar al instante, estos panecillos también pueden guardarse y consumirse más tarde. Una vez que se hayan enfriado por completo, bastará con conservarlos en una bolsa o envase hermético. Cuando vuelvas a saborearlos, solo tendrás que calentarlos unos minutos para que recuperen esa irresistible textura y aroma recién horneados.